sábado, 28 de enero de 2012

Fabula Regis. Escena 6

(Se abre el telón. El cadáver de Trevor está sobre el suelo, con una extraña sábana cubriéndolo. Entran Pepe y Jill) 


PEPE: ¿Qué ha sido ese estruendo?
JILL: No tengo ni idea, pero... ¡Mira! (Señala el cádaver) ¿Qué hace aquí el Señor Bellingham? ¿No se encontraba en otra parte?
PEPE: Esto es muy extraño. No lo entiendo.


(Entran Charles y Julie) 


CHARLES: Pepe, ¿Qué ha ocurrido?
PEPE: No lo sabemos, Charles, pero tu padre se ha movido de sitio.
CHARLES: ¿Qué? ¿Pero cómo?
JULIE: Esto cada vez está más enredado.
PEPE: (Se acerca a Julie) ¿Tú estás bien, Julie?
JULIE: (Malhumorada) Sí, no hace falta que te preocupes por mí.


(Entran Rogelia, Eusebia y Bernarda, cotilleando entre ellas, y detrás Margaret y Alice. Al ver la escena, se sorprenden) 

EUSEBIA: ¡Ay, madre mía! ¡Ay, Señó del Gran Podé! ¿Qué hace éste cambiao de sitio?
BERNARDA: Desde luego, Eusebia... ¡Qué poca cultura! La inspectora lo estará revisando para alguna prueba o algo así... ¿No es así, señorita ayudante?
JILL: Lo ciero es que no. Lo hemos encontrado aquí. No sabemos quién lo ha movido, y lo peor es que la inspectora no aparece por ninguna parte.
EUSEBIA: ¡Eso no será verdad! ¡Ay, Jesusito de mi vida! ¡Que el Tresvor se ha movido él sólo! ¡Que es un Frankestein de esos! (Se arrodilla y empieza a rezar) ¡Bernarda, por la gloria de tu madre! ¡Arrodíllate ahora mismo,por Dios!
BERNARDA: Eusebia, que no pué sé, hija mía. Que no se puede levantar el pobrecito mío... o, vamos, eso pienso yo. ¡Ay, Eusebia, miarma! ¡Que mi madre me dijo que cuando los muertos se levantasen sería el fin del mundo! ¡Reza todo lo que sepas! ¡Reza, Eusebia, por Dios!

(Las sirvientas rezan y se santiguan contínuamente. Rogelia se exaspera) 

ROGELIA: ¡¡Silencio!! ¿Os queréis callar?

(Se hace un silencio enorme en la sala) 

ROGELIA: Vosotras (Señala a las sirvientas) ¿Cómo leches se va a levantar un muerto? Ay, no sois más tontas porque no os entrenáis, de verdad... ¡Levantáos ya, por favor, que estáis haciendo el ridículo! Qué vergüenza más grande, por Dios...
SIRVIENTAS: Perdone, señora.

(Margaret se sitúa junto al cadáver, y Alis se arrodilla junto a él) 

ALIS: No me lo podía creer, pero es verdad; Trevor ha muerto. ¿Quién ha podido cometer este crimen, eh? ¡Hablen, hablen españoles! No sirven para nada... (Sale de escena llorando) 
ROGELIA: ¿Qué le pasa a la secretaria, Margaret?
MARGARET: La verdad es que ni lo sé ni me importa.
JILL: Pero... ¿Qué es eso?

(Jill se acerca al cadáver y levanta la sábana; Pepe la ayuda. Ambos la cogen por los extremos y la extienden. Se descubre una inscripción en la sábana) 

PEPE: ¿Qué se supone que significa esto? ¿R.E.X.? ¿Qué es?
JILL: ¿Será una pista? Puede que la inspectora...
CHARLES: Pero, ¿Y si es una trampa?
PEPE: Dios...
ADELE: Parece que mi padre nunca podrá descansar en paz.
JILL: Supongamos que R.E.X. es una pista. Si no me equivoco, tendría que ser como una especia de clave... pero es demasiado inexacto. Tiene que haber algo más.
PEPE: Jill, ¿Ha comprobado el cadáver en algún momento?
JILL: Bueno, le hicimos un cacheo inicial cuando llegamos, pero vamos a hacerle otro. Quiero quedarme segura.

(Jill cachea el cadáver. Descubre que en sus bolsillos hay una baraja de cartas. Jill la revisa) 

MARGARET: ¿De qué se trata, agente?
JILL: Es una baraja de cartas normal y corriente. No le veo nada extraño.
PEPE: ¿Puedo verla?
JILL: Por supuesto.

(Pepe empieza a revisar la baraja, y encuentra una pista) 

PEPE: Faltan cartas.
ADELE: ¿Y eso qué quiere decir?
PEPE: Ahora mismo no lo sé. Faltan el As, el 2, el 5 y el rey de Picas. Tenemos esto, y la sábana. ¿Qué puede significar?
CHARLES: Supongamos que este mensaje lo ha dejado el asesino. (Se dirige a Jill) ¿Esto no dificultaría su trabajo?
JILL: No creo que esto lo haya hecho el asesino; es demasiado meticuloso. Ha sido la inspectora. Estoy segura.
EUSEBIA: Yo a esto no le veo ni pies ni cabeza, Bernarda. Todo esto es mú raro.
BERNARDA: Venga, vámonos, que tenemos que cotillear un rato por ahí. Yo ya estoy harta de tanto muerto. Mira, me han dicho que... (Salen de escena)
ROGELIA: ¿Y éstas dos? ¿Dónde se han metido? ¡Ay, qué paciencia, Señor! Y después soy yo el ogro del cuanto cuando les grito. A ver si no es pa enfadarse. Voy a ir a buscarlas, porque... (Hace el amago de irse) 
MARGARET: ¡Un momento, Rogelia! No te vas a ir tan fácilmente.
ROGELIA: ¿Qué pasa, Margaret? ¿Algún problema?
MARGARET: Ya he comprendido el mensaje. ¡Tú eres la asesina, Rogelia!

(La sorpresa domina a todos los personajes. Entran las dos sirvientas corriendo, hacia su señora) 

SIRVIENTAS: ¡Eso no será verdad!
EUSEBIA: ¡Ay, señora Rogelia! ¿Cómo puede ser esto? Si usted es un cachito de pan. Bueno, más bien un pan rancio, pero no me puedo creer que haya matado a alguien. ¿Y ahora qué van a decir las vecinas? Con los malas que son, voy a ser el comedero de esas bichas. Pero vamos, yo me lo veía venir, con la cara de malaje que tiene...
BERNARDA: ¡Ay, señora Rogelia! ¿Cómo ha hecho algo así? Y encima mata al invitado... ¡Oy, oy, oy! Ya sé que muy simpático no era y que tenía mú poco culo, pero lo que ha hecho es de ser una mala persona. No me lo esperaba de usted.
ROGELIA: ¡¡¡SILENCIO!!! (Coge a las dos sirvientas del pelo)¡Como se os vuelva a ocurrir llamarme a mí asesina os cojo del pelo este tan feo que tenéis y os arrastro por toa Sevilla! ¿Entendido?
BERNARDA: Entonces, ¿Usted no es la asesina?
ROGELIA: ¿¡Cómo voy a ser yo la asesina, niña!? Si no soy capaz de matar a una mosca...
EUSEBIA: Mientras duerme, por supuesto.
ROGELIA: ¿Qué has dicho, Eusebia? Mira que no me conoces por las malas y estás a punto de saberlo.
EUSEBIA: Ni me lo quiero imaginar, señora.

(Rogelia suelta a las sirvientas del pelo, y se dirige a Margaret) 

ROGELIA: Bueno, a lo que íbamos. Margaret, ¿Por qué me has acusado? Creía que éramos como amigas. No lo entiendo.
MARGARET: Me cuesta admitirlo, es verdad, pero es la única respuesta posible. Me remito a la sábana. R de Rogelia. La X representa la incógnita de quién es el asesino.
ADELE: ¿Y esa E qué significa?
MARGARET: Esa E hace referencia al apellido de soltera de Rogelia, Estébanez. Adoptó el apellido Mendoza cuando se casó con Eufrasio. Rogelia... muy a mi pesar, tú tienes que ser la asesina.

(Silencio profundo en la escena) 

JILL: Sé que estamos en una situación complicada, pero tenemos a un asesino entre nosotros y no debemos de bajar la guardia. Además, todavía no sabemos el significado de las cartas. Sinceramente... no me cuadra que Rogelia sea la asesina.
ROGELIA: Gracias por su confianza, agente. Pero, ¿Qué ha pasado con la inspectora?
JILL: Pues no lo sé. No la encontramos por ninguna parte. La última vez que la vi fue antes de irnos a dormir. Ella me dijo que sabía quién era el asesino, y que tuviésemos cuidado, porque podría tendernos una trampa. Luego, subió a su cuarto. Y hasta ahora.
CHARLES: Entonces estamos como al principio: sin saber nada.
PEPE: Pero no nos podemos rendir. Debemos de seguir investigando hasta el final.
JULIE: Mucho ruido, y pocas nueces. Deja ya de jugar a los detectives, que ya eres muy mayorcito.
ADELE: ¿Por qué no tienes un poco de respeto hacia tu futuro marido?

(Las hermanas se miran de mala forma. Se hace un silencio tenso) 

ROGELIA: Bueno, volvamos todos a nuestros dormitorios. Mañana será un día mejor.

(Salen todos, excepto Julie, que queda de pie en escena) 

JULIE: Pido tan poco... y ni siquiera eso puedo conseguir.

(Entra Adele) 

ADELE: ¿Ya estás otra vez haciéndote la mártir?
JULIE: ¿Qué dices, hermana?
ADELE: Digo, que siempre has sido igual. Desde pequeña fuiste el ojito pequeño de papá. Siempre los mejores regalos, los mejores vestidos y los mejores vestidos para ti. Y para mí nada, como siempre.
JULIE: No te entiend
o, Adele.
ADELE: ¿Cómo que no me entiendes? Eres tan hipócrita, hermana... ¡No te soporto! ¡¡NO TE SOPORTO!!
JULIE: ¿Pero por qué me estás diciendo estas barbaridades?
ADELE: ¿Hace falta que diga el por qué? Es muy simple. Tienes la oportunidad de casarte con un hombre maravilloso y la estás arruinando porque, (Irónica) supuestamente, te sientes encerrada en esta familia. ¿Eres, o no eres hipócrita, hermana?
JULIE: No sabía que pensabas eso de mí, hermana. Pero lo que más me duele no es eso. Lo que más me duele es que todo esto lo esté formando sólo "él".
ADELE: ¿Sólo por él? ¿SÓLO POR ÉL?
JULIE: Adele, tranquílizate.
ADELE: ¿¡Cómo quieres que me tranquilice!? ¿Tú te estás escuchando? Estoy luchando para poder obtener algo que me ha sido negado toda mi vida. Estoy intentando ser feliz. ¿Tanto te duele ver feliz a tu hermana?
JULIE: Escúchame, Adele...
ADELE: ¡No te quiero escuchar! ¡No te quiero oír! ¡No te quiero ver! ¡No quiero saber nada más de ti!
JULIE: Por favor, Adele. Sé que la idea del compromiso te hacía mucha ilusión y también sé lo que sientes por Pepe, pero ahora mismo soy yo la que no sabe decidir.
ADELE: ¿Qué quieres decir?
JULIE: Siento que si acepto el compromiso, mi vida estará totalmente delimitada a estas cuatro paredes, y no quiero eso. Sin embargo, siento algo por Pepe, aunque no sé si es amor u odio. Mi elección es muy difícil, y no soy capaz de tomarla.
ADELE: (Coge del cuello a Julie) No me equivocaba, no. Sigues siendo la niña caprichosa de papá. Pero esto va a cambiar. Voy a hacer que Pepe te odio, y haré que te acuse de haber matado a padre. Te pudrirás en la cárcel hasta el final de tus días.
JULIE: ¡No! ¡Calla, Adele! ¡Calla!
ADELE: ¡Morirás sola, en la más profunda oscuridad! ¡Nadie te recordará y la pena te matará!
JULIE: ¡¡¡CALLA!!!

(Julie da una bofetada a Adele, quien la suelta del cuello) 

JULIE: ¡Ah! Adele... perdóname. Yo no quería...
ADELE: Ya sabía yo que nunca cambiarías. Me acabas de demostrar lo que yo decía. (Irónica) Gracias, hermana.

(Adele sale, y Julie queda destrozada) 

JULIE: ¿Qué puedo hacer? Mi hermana me odia y no sé qué hacer con el compromiso. Mi destino está fijado y ya no puedo escapar de él. El final está cerca.

(Julie sale. Entra Pepe) 

PEPE: No encuentro a la inspectora Adler por ninguna parte, y esto me viene demasiado grande. No sé qué puedo hacer. Pero de alguna forma debo de resolver este crimen; por Julie. (Se acerca al cuerpo de Trevor) Trevor, por favor, dame una pista... algo para poder enlazarlo todo. Toda esta historia no tiene sentido... toda... ¿Historia? (Se queda pensativo) ¡Ya lo tengo! ¡Ya sé cómo sucedió todo! ¡Ya sé quién es el asesino!

(Entra Julie. Fin de la escena 6)



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